Las manifestaciones se incrementaron en las ultimas horas tras el estado de excepción decretado por el gobierno.
La gravísima situación que vive Ecuador se origino tras el tarifazo impulsado por el Gobierno, previo acuerdo con el FMI. Esto genero una ola de violencia que creció en las últimas horas, mientras Moreno llevó la sede del gobierno de Quito a Guayaquil.
Aunque el malestar de los sectores populares (sobre todo indigenas) con el gobierno de Moreno no comenzó la semana pasada, su decisión de eliminar por completo los subsidios a los combustibles radicalizó su oposición, una medida enmarcada en el programa de reestructuración del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La eliminación de los subsidios, que regían desde hace más de 40 años, llevó el precio de la nafta de 1,85 dólares el galón (3,78 litros) a 2,39, y el diésel, de 1,03 dólares a 2,29, un aumento del 123%.
Las clases fueron suspendidas en todo el país y, pese a la promesa del gobierno de reanudarlas, aún no lo consiguió.
El pasado lunes, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, culpó a su antecesor, Rafael Correa, de un intento de desestabilizar la democracia, algo negado por el ex gobernante desde Bélgica, donde vive.
Moreno dijo entonces que lo que ha sucedido en el país en los últimos días «no es una manifestación de protesta frente a una decisión del Gobierno» de eliminar los subsidios a los combustibles.
«Hay -dijo- una intención política organizada para desestabilizar el Gobierno y romper el orden constituido y romper el orden democrático», señaló.
Para Moreno, quienes han generado actos de violencia extrema son “individuos externos pagados y organizados” y dijo que no es coincidencia que varios líderes del Gobierno de Correa hayan ido a Venezuela hace algunos días para preparar el supuesto plan de desestabilización.
Redaccion AFEN