El 18 de diciembre del 2022 quedará marcado a fuego en cada uno de nosotros , Argentina es campeón del mundo y quiero relatar esto que sentí estos 3 días de plena felicidad.
Cuando » Cachete » Montiel patea y decreta que la selección era campeona del mundo un tsunami de emociones me recorrieron el cuerpo volcandose al llanto interminable.
Y a uno se le agolpan los recuerdos, los sentimientos, las personas con las que uno generó esta pasión que es el fútbol. Por que en la Argentina el fútbol no es un deporte, no son 22 tipos corriendo atrás de una pelota, es mucho más. Es la bandera, es la alegría en la victoria, la tristeza en la derrota, es mirar al cielo y recordar a los que ya no están que compartían esta pasión, es abrazarte con tu familia, con el kiosquero de la esquina, o el transeúnte que te cruzas en la calle en un festejo.
Es Messi, es Maradona, es Bilardo o Scaloni que con sus disímiles formas nos llevaron a la mismisima gloria.
Siete partidos en donde nos pasaron todo tipo de sentimientos. La frustración en la derrota con Arabia, los nervios de no poder entrarle a México hasta que Lio destraba con una genialidad y la vuelta a la confianza clasificando con un gran partido con Polonia.
Y ahi empieza la gran historia, esa historia que se vive cada 4 años y que uno no quiere desaprovechar nada, y se agolpan las cábalas infinitas, y se venía Australia, rival menor en comparación y se notó casi todo el partido, pero la historia lo dice somos un país que no sabe no sufrir, y hasta el último minuto con los nervios y la tensión a flor de piel.
Los cuartos con Países Bajos, ese equipo que quiso ganarnos a lo guapo, al que bailamos 80 minutos y en minutos trágicos nos lo dieron vuelta, y los malditos penales, y los nervios , los infartos casi escapandose en masa. No tiene sentido relatar detalles futbolísticos, porque esta nota no es técnica es emocional.
La semifinal con Croacia, un baile de principio a fin donde Argentina se convirtió en el primer finalista y donde esperábamos al que sea pero Francia tenía un gustito especial, era el Cuco.
Y ese cuco sintió el peso de esta pasión, baile, inexplicable empate en 2 minutos y alargue; y de nuevo arriba con gol y Messi y empate de penal y otra vez los maquivelicos penales.
No hay nada peor que definir una final por penales, y del mundo ni te cuento, porque hoy si te lo puedo contarno hay nada peor para el físico y la mente de un ser humano que esta definición.
Pero ya sabemos el final de la historia Argentina es campeón del mundo luego de 36 años y esto se festeja como se merece.
Llantos,abrazos,gritos, sonrisas, gente en las calles infitintamente, saltando, gritando,cantando hasta quedarse sin voz, gracias a estos 26 monstruos. Gracias a Messi que no se cansó de intentar hasta tener esa hermosura de copa en la mano, al Fideo que a pesar de haber sido resistido años se ganó si lugar a base de Fútbol y goles. Al hermoso desquiciado del Dibu, que en los penales y en los momentos decisivos es como jugar con 15 jugadores. Podría nombrar a todos, a los pibes, a los no tan pibes, pero son todos uno y aca esta la clave de esto. Este grupo de jugadores nos enseñaron que Argentina es uno solo y ellos mismos nos incluyen a nosotros, la gente.
Y cuando creíamos que el mundial terminaba el 18 de diciembre, nos dimos cuenta que no, que esto seguía con nosotros los hinchas, que llenamos las calles, hicimos que los festejos fueran infinitos, millones de personas a lo largo del país festejando el logro de ese equipo, de esa pasión llamada fútbol.
Tengo 44 años, no recuerdo la comunión de la gente con otra selección como la que se dió con esta, De la mano de su cuerpo técnico los jugadores lograron que la gente se sienta identificada, confiada y creyente de este grupo de muchachos que pateando una pelota nos cambiaron el fin de año, tal vez nos regalaron el mejor fin de año de nuestras vidas.
Argentina es campeón del mundo señores y cuando el 31 de diciembre a las 23:59 levantemos nuestras copas brindemos por esta selección, por el fútbol y por los 47 millones de argentinos que por casi 4 años seremos dueños de ese hermoso título.
Santiago Sosa Bilbao-AFEN