Las organizaciones que rechazan la política de ajuste fiscal se mostraron dispuestas a confluir con la Unidad Piquetera en una marcha. El rol de los sindicatos y las consignas que los alinean.
Los primeros anuncios de la ministra Silvina Batakis no cayeron bien entre las organizaciones sociales y sindicales afines al gobierno. Por eso al plan de lucha que venía desarrollando la Unidad Piquetera que agrupa las organizaciones no alineadas con el oficialismo, se le sumaron algunas acciones de organizaciones enroladas en el Frente de Todos.
El jueves los dirigentes de la UTEP, la CCC y el MTE se acercaron desde el Congreso donde reclamaban por el salario universal hasta la Plaza de Mayo para solidarizarse con la Unidad Piquetera. Ya el martes Eduardo Belliboni, dirigente del Polo Obrero, había participado de las asambleas que convocó Juan Grabois en conjunto con la CTA Autónoma. Desde ambos lados, una y otra vez, remarcaron sus «diferencias» pero reivindicaron la confluencia en la calle para la lucha «contra el ajuste y el hambre».
El viernes, con el Polo Obrero como anfitrión, se realizó una «cumbre piquetera» tal como la denominaron los propios participantes en la que, organizaciones de distintos orígenes acordaron una acción común contra la criminalización y persecución de las organizaciones sociales y la necesidad de llegar a un acuerdo reivindicativo para dar inicio a un plan de lucha en común. El miércoles continuarán las deliberaciones para darle forma a una movilización que, por el poder de movilización de sus convocantes, podría reunir a medio millón de personas y, según pudo saber Tiempo, se realizaría en la semana del 25 de julio.
Es que, a diferencia de lo que había prometido Martín Guzmán, el sendero de equilibrio fiscal que exige el acuerdo con el FMI no vendrá por la vía de una suba de los ingresos sino por la reducción del gasto. Así lo decidió la nueva ministra cuando planteó la necesidad de reformar la Ley de Administración Financiera para garantizar una cuenta única que permita no «gastar más de lo que tenemos». La dureza de los anuncios hizo ineludible la referencia a la ley de «Déficit 0» que el Congreso Nacional aprobó en junio de 2001 por impulso del entonces ministro de Economía del gobierno de la Alianza, Domingo Cavallo.
Así lo remarcó el mismo Juan Grabois que, incluso, llegó a sugerir su ruptura con el Frente de Todos si no hubiera un cambio de rumbo: «Batakis defraudó. Tiene la oportunidad de ser la Cavallo de estos tiempos». El dirigente del MTE pidió «un despertador para el gobierno» al que instó a «dejar de pensar en calmar a los mercados y enfocarse en el hambre del pueblo”. Grabois anunció que «estamos iniciando un plan de lucha con mucho dolor porque creíamos mucho en este gobierno y nos está decepcionando». A la vez, defendió la justeza de recuperar la calle: «lo funcional a la oposición y la derecha es que la gente pase hambre. No solo están haciendo sufrir al pueblo sino que le están poniendo una alfombra roja a la derecha para que vuelvan a la Rosada».
Pero el repudio al rumbo de ajuste también vino de las organizaciones sindicales alineadas con el oficialismo. La CTA de los Trabajadores del diputado del FDT Hugo Yasky y la CTA Autónoma de Ricardo Peidró adhirieron a la jornada de protesta que la UTEP fijó para el miércoles 20 de julio, paradójicamente, el día del amigo.
El dirigente de la CTA-T también se delimitó tajantemente de la nueva ministra: «eligió dar señales al mercado. Dejó de lado las señales que nuestro pueblo está aguardando». Por eso adelantó que pondrá «nuestro reclamo en la calle, poniendo en la mira a los grandes formadores de precios que en este momento están queriendo desestabilizar para condicionar al gobierno». Para Yasky «vamos a iniciar una serie de movilizaciones en todo el país para pelear por el Salario Básico Universal, por el impuesto a la renta extraordinaria y para que la deuda la paguen los que la fugaron”.
Desde la CTA Autónoma también manifestaron su disgusto con los anuncios oficiales. Dentro de esa entidad, además, se encuentra la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) que representa a los empleados públicos potencialmente afectados por las medidas. Hugo «Cachorro» Godoy titular del sindicato confirmó a Tiempo que la CTA-A es convocante de la medida que reforzarán en un plenario de secretarios generales de todas las provincias. Godoy señaló que «Batakis tenía la oportunidad de marcar un rumbo distinto al que venía sosteniendo Guzmán que evidentemente fracasó. Sorprendió que haya ratificado y ahondado con las medidas de centralizar la caja y quitar los presupuestos que estaban pendientes de ejecución. El congelamiento de cargos abre el interrogante sobre la concreción o no del compromiso asumido para que 30 mil trabajadores pasen a planta permanente».
Para Godoy “el acuerdo con el Fondo debe ser revisado. Es una claudicación que no solo es perjudicial sino que es inaplicable e inalcanzable sin generar tremendos ajustes sobre la población”. El dirigente de ATE, además, aseguró que “no descartamos convocar a un paro nacional en el Estado”. «
Por Alfonso de Villalobos para Tiempo Argentino