El candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, consiguió el 44,3%. Fue clave el resultado en la región centro del país. El líder de extrema derecha reafirmó su plan de gobierno y sostuvo que «no hay lugar para la tibieza». No tuvo ningún mensaje para quienes no lo votaron.
El eterno año electoral ha llegado a su fin. Javier Milei será el presidente de la Argentina por los próximos cuatro años. Logró el 55,7% de los votos frente al 44,3% de Sergio Massa. El candidato de Unión por la Patria no logró culminar su hazaña política en un contexto muy adverso: ser el ministro de Economía durante el último año y medio de un gobierno que tuvo serias dificultades para corregir la herencia que dejó la gestión de Mauricio Macri, en especial la inflación y el retroceso del poder adquisitivo de los salarios.
Un outsider de la política, Milei, en una carrera meteórica pasó de pintoresco comentarista televisivo, con un estilo violento, a presidente de la Nación. No hay antecedentes en la historia argentina de un fenómeno populista como el de Milei. Una figura sin ninguna experiencia de gestión en el sector público ni el privado. Un economista ejercitado en la especulación financiera y nada más. Justamente esa fue su fortaleza porque le permitió canalizar el enojo de una porción de la población con todo el sistema político. El otro punto decisivo fue el respaldo abierto de la candidata que había salido tercera en la primera vuelta, Patricia Bullrich, y del expresidente Mauricio Macri como el vector del acuerdo que puso en una crisis casi terminal a la alianza Juntos por el Cambio.
El núcleo de la victoria de Milei se dio en la franja central, en las provincias de Córdoba, Mendoza, La Pampa, Santa Fe, en las que era fuerte Juntos por el Cambio, y donde tuvo un efecto indudable el respaldo de Bullrich y Macri al dirigente de extrema derecha. Y también por la paridad que mostró la provincia de Buenos Aires, donde Massa ganó por algo más de un punto.
La mayoría del pueblo argentino, está claro, votó en contra del gobierno al que le tocaron cuatro años muy complejos: dos de pandemia más la inflación heredada de Macri y un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que agravó los problemas en lugar de mitigarlos.
Minutos antes de las 22, Milei habló en el Hotel Libertador, donde ya se habían acercado la mayoría de los dirigentes de Juntos por el Cambio. “Gracias a todos lo que hicieron que esto fuera posible. Y para lograr el milagro de tener un presidente liberal libertario».
El flamante presidente electo reafirmó sus propuestas de ajuste y no tuvo ningún mensaje para quienes no votaron por él y además prometió ser «implacable» con quienes se resistan. «Hoy comienza el fin de la decadencia-agregó Milei-. Damos vuelta la página y retomamos el camino que no debimos haber dejado. Se termina el Estado omnipresente. Retomamos las ideas de Alberdi, que cumple sus compromisos. El modelo de la decadencia ha llegado a su fin. No hay vuelta atrás».
En el único momento conciliador de su mensaje, el presidente electo remarcó: «Todos los que quieran sumarse a la nueva argentina serán bienvenidos. Estoy seguro que es más lo que nos une que lo que nos separa», dijo. Y aclaro que eso será «siempre que quieran sumarse al cambio que la Argentina necesita. Sabemos que hay gente que se va a resistir. A todos ellos quiero decirles algo claro: dentro de la ley todo, fuera de la ley nada».
En una respuesta a Sergio Massa, que había sostenido que Milei debía dar «certezas», destacó: «Que el gobierno se haga cargo de su responsabilidad hasta el final del mandato. La situación de Argentina es crítica. Los cambios son drásticos. No hay lugar para la tibieza. No hay lugar para medias tintas. Si no hacemos rápido los cambios vamos a la peor crisis. Tenemos problemas graves por delante. Son problemas que sólo tienen solución si trabajamos juntos los que queremos un cambio. Nuestro compromiso es con la democracia, el comercio libre y con la paz. Hoy se terminó una forma de hacer política y comienza otra. A pesar de los problemas enormes, quiero decirles que Argentina tiene futuro. Ese futuro existe si es liberal».
Pasadas las 20 horas, Massa se subió al escenario montado en el Centro Cultural C, en la Chacarita, para reconocer la derrota. Lo hizo luego de haber hablado con el presidente electo. “Ojalá que la conciencia democrática y el valor del respeto por el que piensa distinto se instalen para siempre en la Argentina”, dijo Massa.
Luego agradeció a las organizaciones “gremiales y de la sociedad civil” por el respaldo. También destacó la “micromilitancia de aquellos que intentaron explicar nuestra visión del país, subiéndose a los colectivos, subtes”.
Luego agradeció a las organizaciones “gremiales y de la sociedad civil” por el respaldo. También destacó la “micromilitancia de aquellos que intentaron explicar nuestra visión del país, subiéndose a los colectivos, subtes”.
En otro tramo de su discurso contó que se había comunicado con Milei y que le deseó suerte para los próximos cuatro años. Lo hice porque el mensaje que tenemos que dar es el de respeto por el que piensa distinto”.
El candidato de UP defendió el núcleo de su campaña. “Elegimos la defensa de la salud y la educación públicas. A la seguridad social en manos del Estado. Defendimos la industria nacional y el trabajo argentino”. Y luego sostuvo que seguirá defendiendo esas ideas.
Luego descargó la responsabilidad de la estabilidad de los próximos días en Milei. “Desde mañana la tarea de dar certezas es responsabilidad del nuevo presidente. Le hemos planteado al presidente electo y al que está en ejercicio (Alberto Fernández) que comiencen mañana con mecanismos de transición”.