Hoy nuestro viaje musical nos hace aterrizar en el planeta de Fede Palomba, artista independiente emergente.
Por Favio Gabriel Aza
Vivimos una época en la que la introspección parece ser un lugar común entre los y las artistas. Lógicamente, siempre se llega a una conclusión diferente, pero el camino de la auto exploración parece repetirse. En algunos casos decepciona la cáscara estética rebosante en frivolidad y la vacuidad del mensaje con la que se abordan estas cuestiones tan íntimas y sinceras. Otras veces, descubrimos autores elocuentes, sensibles y que saben apropiarse de un idioma propio para conectar con las audiencias y construir nuevos mundos.
No es ningún secreto que las redes sociales y sus formatos, modelan en algún punto el cómo vemos el universo, qué cosas nos interesan mostrar y ver, y de qué manera nos presentamos en sociedad. Por eso, yo llamaría a esta nueva moda musical, “música selfie”. Pero no me malinterpreten, no quiero hoy juzgar esta incipiente actitud, tampoco generalizar ni mucho menos buscar su origen. Será tema de otro artículo ver si estamos perdiendo la fascinación por los otros, si ya no nos interesa tanto lo que nos rodea físicamente o si es tanto el disgusto por el afuera, que nos estamos refugiando en nuestros interiores. El motivo que me convoca a escribir estas líneas es el de presentar a Fede Palomba y a su música. Soy fanático de las metáforas para expresar etiquetas musicales, y lo de Fede es similar a caminar de madrugada en un barrio en la luna. Este artista, que reside en Villa Ballester, forma parte del colectivo artístico y Sello Casa U, escudería que está creciendo y brindando deliciosos frutos.
Para Fede, este 2020 es testigo del lanzamiento de su nueva estética sonora, que queda condensada en el EP “Wachin Espacial”. Según sus propias palabras, los dos tracks que conforman esta placa lo presenta “más verborrágico y empezando a experimentar más con teclados”. Mientras en su predecesor, “Supergermen” del 2017, el cantautor evocaba algún paisaje del conurbano inmerso en algo así como una niebla de ensueño y shoegaze, en el flamante “Wachín Espacial” el imaginario sideral, con sintetizadores y teclados, es protagonista.
Le gusta pensar a sus canciones como manifestaciones de observaciones cotidianas. “Lo cotidiano tiene a pasar inadvertido, pero hay mucha información ahí, porque uno sigue una misma línea y hay que ver qué hay detrás de eso”, afirma. Actualmente se encuentra produciendo su próximo EP, que promete afianzar su identidad musical. Según nos contó en alguna oportunidad Fede, cada producción está siendo concebida desde la intimidad del sello Casa U, con una dinámica de grabación que ha evolucionado a pasos agigantados desde antes de lanzar “Wachín Espacial”. Al mirar la estela de este metafórico cohete artístico, vemos rastros en una dirección DiY pero con objetivo una destinación distante a la del lo-fi. Pareciera que Fede Palomba busca crear una nave propia, impulsado por el sentimiento de que ninguna otra lo va a llevar a donde su cabeza apunta.
Próxima destinación, vaya uno a saber. ¿Fecha de llegada? Pronto, total nadie nos apura y lo interesante es el camino. Por ahora, podemos seguir a Fede Palomba en todas sus redes sociales y a Casa U también para enterarnos de todas las novedades y no perdernos de ningún eslabón en esta gran cadena artística.
Escuchalo en: Spotify: https://open.spotify.com/artist/4bQE1AnZUY5KGrDanxlIf0?si=4xxl3UMsToGRE563bExyDQ
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