El ministro Lacunza anunció que se enviará una ley al Congreso para la deuda local y se negociará con los acreedores externos.
Acorralado por la magnitud de la crisis el gobierno de Mauricio Macri tomó este miércoles una decisión que intentó evitar por todos los medios: El ministro Lacunza confirmó que el Gobierno buscará postergar el pago de la deuda, tanto interna como externa.
El gobierno eligió bautizar esta decisión como «reperfilamiento» y presentarla como un canje voluntario que no implica quita de capital ni baja de intereses. Y anunció buscará reprogramar la deuda bajo ley nacional con una nueva Ley que enviará al Congreso y la deuda bajo jurisdicción extranjera vía renegociaciones con los acreedores.
Se abre así un proceso que venía reclamando el candidato peronista Alberto Fernández y que en los hechos le tocará continuar a él si gana en las próximas elecciones presidenciales.
La operación busca descomprimir los pagos en dólares que tiene que hacer el Gobierno, para de esa manera dejarle más espaldas para enfrentar la corrida en la plaza local, que sólo este miércoles obligó al Central a vender casi 400 millones de dólares. «Si había algún conflicto en el uso (de las Reservas), ahora se relaja», dijo Lacunza en la conferencia de prensa que brindó para anunciar la decisión.
La medida anunciada distingue la deuda de corto plazo, es decir las Letras del Tesoro (Letes, Lelink, Lecap y Lecer) adquiridas antes de 31 de julio, del resto de los bonos emitidos bajo Ley Nueva York o bajo legislación local. Las personas humanas que tengan Letras cobrarán los pagos como estaba previsto. En tanto que los inversores institucionales -10% de los acreedores de estos títulos- cobrarán el 15% al vencimiento, el 25% a los 3 meses y el 65% a los 6 meses.
De esta forma, de los 11.800 millones de dólares que vencen antes del 10 de diciembre de Letes, cerca de un 30% podrá postergarse al siguiente mandato y le dará más poder de fuego a Sandleris para que no se le escape el dólar antes de diciembre.
El gobierno eligió bautizar esta decisión como «reperfilamiento» y presentarla como un canje voluntario que no implica quita de capital ni baja de intereses. Y anunció buscará reprogramar la deuda bajo ley nacional con una nueva Ley que enviará al Congreso y la deuda bajo jurisdicción extranjera vía renegociaciones con los acreedores.
La medida anunciada distingue la deuda de corto plazo, es decir las Letras del Tesoro (Letes, Lelink, Lecap y Lecer) adquiridas antes de 31 de julio, del resto de los bonos emitidos bajo Ley Nueva York o bajo legislación local. Las personas humanas que tengan Letras cobrarán los pagos como estaba previsto. En tanto que los inversores institucionales -10% de los acreedores de estos títulos- cobrarán el 15% al vencimiento, el 25% a los 3 meses y el 65% a los 6 meses. De esta forma, de los 11.800 millones de dólares que vencen antes del 10 de diciembre de Letes, cerca de un 40% podrá postergarse al siguiente mandato y le dará más poder de fuego a Sandleris para que no se le escape el dólar antes de diciembre.
Por eso, el presidente del BCRA agregó tras la conferencia de Lacunza que: «Las decisiones adoptadas priorizan el uso de las reservas internacionales para preservar la estabilidad monetaria y financiera, aún cuando ello implique postergar el pago a los grandes inversores de deuda pública. El compromiso del Banco Central es con los argentinos. Seguiremos haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para contener la volatilidad nominal y garantizar en forma sostenible la estabilidad del sistema financiero».
Respecto de los bonos, el panorama es más incierto. Lo primero es que se seguirán pagando los intereses de deuda y las amortizaciones de acuerdo al prospecto de cada emisión. Y luego será el turno del Congreso de sacar una ley para su «reperfilamiento voluntario». La propuesta del oficialismo es que esta se haga «sin quita de capital ni de intereses», es decir estirando los pagos.
En tanto la deuda emitida bajo ley extranjera, deberá negociarse con los acreedores privados. La propuesta es similar en términos a la hecha para los bonos domésticos, pero en este caso se pedirá a los bancos e inversores institucionales que eleven sus propuestas para llegar a una propuesta consensuada. Es muy probable que este proceso no se termine durante este mandato presidencial, por lo que los acreedores tampoco saben quiénes serán sus interlocutores.
Los que no formará parte de la reestructuración voluntaria serán los bonos provinciales ni los del Plan Gas. Tampoco los Bonte 2020, Bote 2021, Bote 2023, Bote 2026, Discount Ley AR, Discount ARS, Discount USD, Discount EUR, Discount JPY, PR13 y PR15.
Y finalmente, también le pedirán al FMI que, en línea con lo sugerido por los economistas de la oposición, también revean el esquema de pagos para disipar los riesgos de incumplimiento entre 2020 y 2023.
La decisión se anunció luego que Macri encabezara en Olivos una serie de reuniones, que tuvieron como eje definir las nuevas medidas y analizar el crítico escenario político y económico que enfrenta el gobierno. Incluso hubo una reunión con senadores del oficialismo en la que Macri pasó antes de que sirvieran la comida y luego se retiró.
Los radicales se mostraron preocupados por mostrar iniciativa desde la Rosada para que Macri pueda completar su mandato. El presidente, les pidió «que salgan a la cancha y den pelea» y que no se preocuparan porque él va a «estabilizar el país». Además, volvió a hacer un gesto de apoyo a Marcos Peña, a quien sentó a su lado. El jefe de gabinete se dedicó a escuchar.
«El peronismo está buscando tierra arrasada», dijo el senador Miguel Pichetto, candidato a vicepresidente de Macri. «Yo los conozco desde adentro», agregó.
Los presentes también prestaron atención a la marcha de las organizaciones sociales que coparon el microcentro para pedir la «emergencia alimentaria». La movilización fue definida por los senadores de la UCR como la «contramarcha» de la que hicieron los adeptos de Macri el pasado sábado. El radical Julio Cobos sorprendió al resto de los presentes cuando planteó mantener las instituciones y sesionar en el Congreso con normalidad.
Fuente: www.lapoliticaonline.com