Agosto no marcó una agenda beneficiosa para el Gobierno ni en materia legislativa ni económica. El dato que puede balancear el resultado viene de la mano del BCRA. El superávit se posiciona en escena, con un costo político latente.
Para el Gobierno, el único dato positivo que tuvo agosto tiene que ver con que el Banco Central se presentaría nuevamente como comprador neto de divisas. Mientras tanto, la actividad no avizora un rebote claro y la inflación se sostiene en torno al 4%. En el plano político, las internas dentro del oficialismo y el enfrentamiento con el Congreso inquietan al mercado y hace desear que en septiembre cambie la suerte.
Votar en contra del DNU que otorga $100 millones a la SIDE. La designación de Ariel Lijo como miembro de la Corte Suprema de Justicia. El apoyo del PRO al proyecto que recompone haberes jubilatorios. Las fuertes controversias entre legisladores libertarios por la visita a represores en dictadura. Los movimientos que le marcaron la agenda política al Gobierno, no pudieron ser contrastados con ningún dato positivo en materia económica.
Será por eso que, frente a la crisis, vuelve a las bases y defiende la estrategia fundacional del plan económico: eliminar el déficit fiscal. Aún cuando eso vaya en contra de la recuperación del poder adquisitivo de los jubilados, el Gobierno apuesta a que su meta inquebrantable sea la solución en el largo plazo de los problemas recurrentes de la economía.
Según la compañía de servicios financieros Consultatio, el impacto fiscal de los cambios en materia previsional es de 0.4% del PIB en 2024 y 0.82% del PIB en 2025, es decir un total de 1,22% del PIB.
Una discusión válida sobre la responsabilidad fiscal, el presidente de la Nación, Javier Milei, decidió llevarla un paso más allá: aseguró que la reforma jubilatoria le costaría al Estado una deuda de u$s 360 mil millones. Generó ruido el período calculado de ese endeudamiento: “estas cuentas se hacen a perpetuidad”, respondió el mandatario.
La actividad no muestra un repunte general y hay dudas por lo que resta del año
Por otro lado, los datos provistos por el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) advierten que en junio la actividad cayó 0,3% mensual y 3.9% interanual. Si se excluye el sector Agro, que creció 30% interanual, la caída entre un año y otro alcanza el 9,3%.
Asimismo, hubo una corrección del Indec en los últimos datos de la serie, que terminó arrojando una caída más fuerte entre noviembre y mayo (-3.8% acumulado en la anterior serie, vs. 4.9% actual). Así, en el segundo trimestre, el PIB se contrajo 1.7% trimestral y 1.4% anual.
Lo que puede pasar en los próximos meses presenta respuestas cruzadas entre la consultoras.
Para FMyA, del economista Fernando Marull, los datos de julio son “masivamente positivos”, excepto por la producción de hierro. Esperan un rebote de la actividad que en el tercer y cuarto trimestre se refleje en un 0.7% trimestral cada uno, aunque mantienen la proyección de caída de 3.5% del PBI en 2024.
En cambio, para la consultora Vectorial, de Eduardo Hecker, la actividad económica “no parece encontrar piso”: “este resultado negativo, que refleja la evolución de todos los sectores productivos del país, desmiente las expectativas de brotes verdes que algunos funcionarios y partidarios del gobierno habían anticipado”, ensaya su último informe.
El nivel de actividad en junio retrocedió a valores similares a los de diciembre de 2019, que a su vez se comparan con los de junio de 2012.
La inflación en agosto volvería a estar en torno al 4%
La inflación tampoco está jugando una buena pasada. El indicador que el presidente Javier Milei toma públicamente para legitimar su objetivo de alcanzar el 2% mensual, el IPC núcleo, “no muestra mejoras”, advierte la consultora EconViews, de Miguel Kiguel.
En julio, la inflación que despoja rubros estacionales y regulados de su medición, dio 3.8% mensual, mientras que junio y mayo marcó 3.7%.
Al mismo tiempo, para la consultora el 4% de inflación general “parece que será un piso difícil de perforar” para agosto. Para la entidad, los precios estarán marcados por aumentos de regulados, aunque haya menos suba de estacionales, entendiendo que el IPC se moverá dentro del rango 3.8% – 4.3%.
Para FMyA, la inflación del mes se complicó “un poco más de lo esperado”, porque en alimentos se registró una suba fuerte a principios de agosto, y en la tercera semana “no aflojó la tendencia de aumentos arriba del 1% semanal” y en promedio 3.4% mensual.
“Con una core de 3.5% y Regulados en 5%, subimos la proyección de inflación de agosto a 3.8%, y no descartamos que llegue a 4%”, estiman desde la consultora.
Sin embargo, estima que en septiembre, con la baja del impuesto PAIS de 10 p.p, la inflación caiga al 3% mensual, “significativo pero lejos” del 1% que preveía el Gobierno, o siquiera el 2% del crawling.
La baja de reservas dificulta la salida del cepo
En paralelo, las conjeturas respecto de cuándo y cómo el BCRA pronunciará la salida del cepo se intensifican, entendiendo que se acerca el noveno mes del primer año de gestión.
En ese sentido, para la consultora 1816 la afirmación de Milei respecto de que se puede crecer con cepo aporta negativamente a una estrategia económica de por sí zigzagueante.
“Todavía podría pensarse que el Gobierno quiere liberar el cepo este año y que todo lo que dice es para que el mercado baje la guardia y no se anticipe”, estima la consultora, que tiene como directores a Mariano Skladnik y Adrián Rozanski.
Sin embargo, también sostiene que cuando Milei desestima que la economía no crece sin restricciones cambiarias, es porque el Gobierno quiere evitar un desarme prematuro y riesgoso de los controles de capitales.
El resultado es incierto, la posibilidad de que el equipo económico cuente con recursos (dólares) para pensar en una salida del cepo ordenada, también. Para 1816, a priori “no habrá un nuevo programa” con el FMI, salvo que primero se libere el mercado de cambios, y no al revés.
El propio ministro de Economía, Luis Caputo, parece darle razón a esta suposición. En su cuenta de la red social X, admitió que las conversaciones con el Fondo aún no habían comenzado, cuando quiso desmentir un artículo publicado por una periodista que resaltaba comentarios de fuentes allegadas al organismo.
A su vez, 1816 entiende que el mercado refleja movimientos inquietantes en el riesgo país, producto de la baja de reservas netas como consecuencia de priorizar la desinflación rápida.
En ese sentido, dos problemas se agregan para lo que queda del año, según la consultora. En primer lugar, el superávit comercial, que en julio fue de u$s 1575 millones, podría verse afectado por el repunte de importaciones, al registrar un leve rebote de la actividad.
Al mismo tiempo, las importaciones que se pagarán entre septiembre y noviembre requerirán mayor cantidad de dólares por el cambio en la calendarización (cambio de acceso al MULC de 4 a 2 cuotas de 50%).
Este último factor es de especial relevancia para Consultatio. Según sus cálculos, considerando las importaciones devengadas de bienes hasta el momento y suponiendo un devengamiento de u$s 5 mil millones en agosto, se deberían enfrentar pagos por casi u$s 7.500 millones.
En términos relativos, en el próximo mes la demanda de pagos superaría el 150% de los devengamientos. Esto es: “el BCRA deberá entregar en octubre casi el doble de dólares para importaciones que los que entregó en junio”, alerta Consultatio.
Sin embargo, también explica que esta inquietud “no se refleja de la misma manera en todos los activos” ya que los títulos dólar link siguen operando “como si nada fuera a pasar”, lo cual significa que aún “le reconocen credibilidad plena” en la política cambiaria del Gobierno.
El Gobierno se mantiene firme en su política cambiaria y asegura que Argentina “no tomará más deuda”. Espera que los indicadores de mercado puedan hacerse eco al respecto.
“El riesgo país es un lagging indicator” aclaró Caputo, apostando a la buena reacción por los resultados en materia fiscal y avances en el objetivo de converger tasa de inflación con crawling.
Agosto, el mes donde el BCRA mejoró su performance en el MLC
Frente al contexto, el BCRA se esfuerza en adquirir mayor poder de fuego. Luego de haber acumulado ventas en julio y junio por u$s 138 millones y u$s 47 millones respectivamente, en agosto la performance se dio vuelta y logró adquirir, hasta el cierre de esta nota, u$s 458 millones.
Este dato, que se presenta como el más importante después de un mes agitado, también se relativiza: para Consultatio, la baja en las importaciones energéticas, particularmente de gas, y el atraso en los pagos por parte de los importadores para hacerse de la baja de la alícuota del impuesto PAIS son los motivos centrales por los cuales el BCRA mantiene una dinámica positiva.
Fuente: www.ambito.com