Más de dos cuadras de alumnos, docentes, familias y referentes de la Educación se hicieron escuchar: “Nos merecemos una escuela pública de calidad”, reclamaron
Banderas en alto, cánticos al rojo vivo y abrazos entre estudiantes, docentes y familias. Frente a la opacidad del cielo plomizo, la tarde dibujaba una imagen brillante de unidad entre todos los sectores de la comunidad educativa que reflejaba una pintura de hastío y felicidad, sentimientos que conviven en quienes luchan y demandan por más y mejores derechos. La previa se realizó en Av. Córdoba y Ayacucho, en un espacio abrazado entre las calles Riobamba y Paraguay, que sujeta a uno de los establecimientos educativos más antiguos de la ciudad de Buenos Aires. No es casual que ese lugar sea el sitio elegido para concentrar una de las movilizaciones educativas más importantes de los últimos años, allí se fundó en 1874 una de las primeras escuelas de maestras y maestros: El Normal Superior N º 1 en Lenguas Vivas. “Vamos a defender la educación pública y de calidad en esta Ciudad tan hostil”, grita un estudiante que integra la Mesa Federal de Estudiantes Secundarios, mientras mira a los ojos de una madre que levanta en alto un cartel de Familias por la Escuela Pública. “Estar en este lugar es obligación de todos los que abrazamos a la educación”, retrucan desde la organización que nuclea a las cooperadoras escolares de cientos de escuelas porteñas, Cooperadores en Movimiento, mientras llegan las banderas de la Coordinadora de Estudiantes Terciarios (CET) y los rectores y rectoras de todos los profesorados nucleados en el Consejo de Educación Superior de Gestión Estatal (CESGE).
“Esta marcha refleja lo que fue todo el periodo del macrismo en la Ciudad, acá se están expresando los problemas de infraestructura, se expresan las reformas educativas que quitan cada vez más contenidos para el acceso al conocimiento de los pibes, con el propósito de preparar trabajadores precarizados; acá estamos los docentes planteando la necesidad de la reapertura de la mesa salarial, ya que todos los años venimos perdiendo; y también están las familias que vienen luchando desde hace muchos años por la falta de vacantes”, manifestó desde Ademys a Tiempo su secretario gremial, Jorge Adaro, mientras iniciaban los primeros pasos de la movilización.
Ratas y alacranes en las escuelas, caídas de techos, desperfectos eléctricos en cientos de edificios escolares, baños clausurados, escuelas inundadas, asbesto en algunos establecimientos educativos, y la instalación de cámaras dentro de las aulas. Situaciones que se suman al vaciamiento de los profesorados y a la reforma inconsulta de los programas de estudio, la privatización de la Educación Especial, la falta histórica de docentes, la carencia de vacantes, y el reclamo constante para que construyan más escuelas en el distrito porteño.
“Marchamos por esto y varias reivindicaciones más. Esta marcha es el rechazo a las políticas de vaciamiento educativo del PRO en estos 16 años de gobierno en la Ciudad. El movimiento estudiantil ha liderado muchísimos conflictos contra las políticas de ajuste en la Ciudad, no solo económicos sino de ajustes curriculares en los planes de estudios”, señaló a este medio Angélica Graciano, secretaria general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera).
“Tocá bocina si apoyás la educación, tocá bocina si apoyas la educación”, cantaban estudiantes, familias y docentes mientras avanzaba la movilización sobre la calle Riobamba, camino hacia Av. de Mayo. “Esta marcha para el sector docentes también es un punto de síntesis porque en estos años estuvimos en todos los conflictos construyendo unidad con la comunidad educativa, oponiéndonos a un avance que parecía imparable y que nosotros pudimos frenar varias reformas que hubiesen achicado el sistema educativo”, agrega Graciano.
La voz de los estudiantes
La lista de situaciones que marcan el estado de precariedad por la que atraviesa la educación pública en la Ciudad es interminable. Hechos que se desprenden de un «vaciamiento pergeñado por el gobierno porteño y en especial por la ministra Soledad Acuña”, lanza Julia Auchterlonie, secretaria general del centro de estudiantes del Lenguas Vivas JRF. “Otros de los reclamos es la falta de clases sobre educación sexual integral (ESI), tenemos como mucho dos o tres jornadas al año, cuando sabemos que son clases que deberían darse durante todo el año y de manera más regular, además los contenidos que nos dan están muy vacíos”, agrega. A su lado se encuentra marchando Andrea Prieto, vicepresidenta del centro de estudiantes del Joaquín V. González. Denuncia el cierre sistemático de carreras y de postítulos y esto claramente tiene que ver con la falta de presupuesto educativo en la Ciudad”.
Mientras la movilización avanzaba por Av. de Mayo, a pocas cuadras de la legislatura, en las diferentes intersecciones se escuchaban aplausos y bocinazos de peatones y de quienes manejaban su vehículo, en señal de claro apoyo a las demandas de quienes se manifestaban. Al llegar a la esquina de la Av. Presidente Roca y Perú, las inmediaciones de la legislatura estaban valladas. Un escenario esperaba las palabras finales de quienes convocaron a la marcha, por allí pasaron: representantes del CESGE, el consejo que nuclea a las y los rectores de los profesorados docentes; integrantes del sector de educación especial; familias que integran las cooperadoras escolares; referentes de los gremios docentes Ademys y UTE-Ctera; y legisladores y legisladoras de la izquierda y del Frente de Todos.
El cierre estuvo a cargo de estudiantes de diferentes áreas y modalidades mediante la lectura de un documento unificado, donde manifestaron: “Hoy la educación pública se encuentra en un estado alarmante. Por eso en el día de hoy, estudiantes, docentes, rectoras secundarios, universidades, cooperadoras, familias, sindicatos, organizaciones políticas, nos organizamos una vez más en las calles para hacer lo que hace años venimos haciendo: defender nuestros espacios de estudio y trabajo”. Entre las diferentes reivindicaciones destacaron: “Nos merecemos que el presupuesto educativo sea el necesario para que cada edificio esté en condiciones, para construir más y mejores escuelas. Para tener papel higiénico y jabón en los baños, ventilación y calefacción adecuada” y “que no queden cargos sin cubrir por la emergencia docente, que no queden niños, niñas sin vacante y que se garantice el derecho social a la educación para cada pibe y piba de la Ciudad”, entre otros reclamos mencionados.
Por Martín Suárez para Tiempo Argentino
Foto UTECETERA