Desde diciembre de 2015 cuando Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada se fugaron del país más de 72 mil millones de dólares, el equivalente al 60% de la deuda emitida por la gestión de Cambiemos.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) informó este martes que durante el mes junio se fugaron del sistema 1.349 millones de dólares.
Así la fuga de dólares acumulada en los primeros seis meses del año llegó a los 10.881 millones y superó en apenas un semestre la marca alcanzada a lo largo de todo el año pasado.
Desde la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada ya se fugaron del sistema financiero local 72.234 millones de dólares, es decir el equivalente al 60% de la deuda emitida por el gobierno de Cambiemos.
A los 1.349 millones de dólares fugados en junio, correspondientes a operaciones de residentes se deben sumar otros 1.410 millones que sacaron del sistema financiero local agentes no residentes.
¿Qué significa que los capitales se fugaron?
Lejos del imaginario la fuga de capitales no implica necesariamente que salieron del país o que lo hicieron de manera ilegal.
Es considerada como fuga de capitales, por ejemplo, la remisión de utilidades que realizan las compañías multinacionales a sus casas matrices, retirar dólares del sistema financiero para guardarlos «bajo el colchón» o en una caja de seguridad y los pagos que realizan los turistas argentinos en el exterior, entre otras operatorias.
¿Que consecuencias tiene la fuga de capitales?
Para un país como la Argentina con serias dificultades para obtener divisas y fomentar la inversión privada la fuga de capitales tiene consecuencias muy nocivas. Más si se da en un contexto en el que las medidas para desalentarla no están dando resultados.
La política de muy altas tasas de interés del Banco Central conducido por Guido Sandleris debería desalentar la fuga de divisas del sistema financiero. La tasa de referencia récord a nivel mundial, debería funcionar como un incentivo para la venta de dólares y posicionarse en instrumentos en pesos. Sin embargo sucede lo contrario. El desarme de plazos fijos en pesos le agrega presión al dólar. El factor miedo, por la desconfianza que genera el modelo económico, le está ganando a la tasa.
El tipo de cambio alto como el actual desincentiva la fuga vía turismo emisivo sin embargo al mismo tiempo el gobierno abrió una nueva vía de fuga al potenciar y alentar el desarrollo del denominado «puerta a puerta» para realizar compras en el exterior.
En el contexto actual la fuga de capitales funciona como la más patente demostración de la desconfianza en la economía local lo que redunda, una vez más, en la caída de las inversiones y profundización de la recesión.
En 2016 se fugaron 27 mil millones de dólares mientras que al año siguiente la fuga llegó a los 22 mil millones. El año pasado salieron del sistema 9.900 de dólares y este año nos encaminamos a alcanzar una salida récord como la registrada en 2016.
Fuente: www.minutouno.com