La productora de cine independiente Sarna ofreció en su microcine improvisado, la proyección del final de la primera trilogía cinepunk del mundo en un ambiente tan rupturista como propone la película TS3SH (“trash”) LA CONCHA DE SU MADRE.
Con montaje y dirección de Alejo Rébora este film propone, desde una mirada sin tapujos, exponer la humanidad en su condición más escatológica, generando en el espectador interrogantes respecto de hasta qué punto es posible provocar nuevos significantes sobre aquello que nos perturba y, al mismo tiempo, rechazamos aunque nos pertenezca. ¿Es posible reírnos de lo siniestro de nuestra propia existencia?.
Lejos de categorizarlo como cine macabro, la crueldad que despilfarra cada escena interpela a las relaciones humanas poniendo en evidencia contradicciones que las subyacen, apelando al humor para hacer más tolerable los sentidos que circulan sobre temas tabúes que construyen lo social de la época actual.
Batallas culturales puestas en juego en un campo de guerra, el aborto como credo, el nacimiento de lo indeseado, el sometimiento como ejemplo de ejercicio de poder burocratizado en un protocolo que habilita la acción, los vínculos familiares que no ocultan la violencia que los sostiene, hacen de la película un mix de sensaciones extrañas que condensa aquello que, no por temido, deja de ser sin embargo, una aspiración posible de asimilar.
La irreverencia y provocación también dejan su impronta en lo formal. Edición, fotografía y sonido oscilan entre lo inacabado y lo grotesco, generando una unidad simbólica, política y lúdica a la vez. Queda flotando en el aire la promesa de una cuarta emisión, “porque sí, porque TR4SH queda mejor con el cuatro”.
LauraS