El aumento del precio del gas expuso otra vez, y torpemente, al Presidente.
El aumento del precio del gas a los consumidores, que vienen soportando un verdadero “tarifazo” por la baja de subsidios, puso contra las cuerdas al Gobierno y expuso (otra vez, y torpemente) al Presidente. “Me da bronca que piensen que a uno le gusta aumentar la energía. Lo aumento porque es lo que vale. La energía se liga al precio internacional del petróleo. Todo es una cadena”, deslizó Mauricio Macri utilizando un story de su cuenta de Instagram.
El Primer Mandatario salió a ponerle el pecho a una medida claramente impopular que su secretario de Energía, mediante un fuerte raid mediático, también intentó justificar. Lo que no contaba ni Macri ni Javier Iguacel (ahora claramente debilitado a un punto que se rumoreó su renuncia) es que los mismos aliados de Cambiemos (ya no la oposición peronista) le pusieran un límite al ajuste sin miramientos que lleva adelante el Ejecutivo.
Ya no por razones económicas, ya que las 24 cuotas para pagar el extra de gas hubiera insumido cuotas de $ 100, sino porque desde un sector del oficialismo advierten que la situación con la clase media ya no da para más. Elisa Carrió, que está enfrentada con el Presidente por la cabeza de Germán Garavano, a pesar de haberle bajado un cambio este jueves vía su cuenta de Twitter, fue una de las principales espadas que dieron vuelta la resolución oficial por los aumentos retroactivos.
El radicalismo en su conjunto, que forma parte del Gobierno, también ejerció presión. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, fue el funcionario del elenco oficial que primero entendió que había que frenar la impopular medida. “No lo pueden exponer tanto a Mauricio. Un día sale a bancar la medida y después hay que dar marcha atrás. Muestra pérdida de poder político y la sensación de improvisación constante. Es similar al día que dijo que estaba cerrado el nuevo acuerdo con el FMI y ni (Christine) Lagarde estaba enterada. Que los hechos desautoricen al Presidente no es una buena señal”, decía un analista político que trabaja cerca de Cambiemos.
La última encuesta de Synopsis, publicada esta semana, muestra el panorama sombrío que espera parte de la población y su interpretación de lo que está haciendo Cambiemos.
La valoración del desempeño del Gobierno de Mauricio Macri se siguió deteriorando en octubre al registrarse una caída en la valoración positiva (-0,9), y un incremento de la valoración negativa (+3,8), lo que profundiza el diferencial negativo de imagen (-23,3).
La preocupación por la inflación supera en octubre nuevamente la barrera del 40%, y junto a la que existe por el desempleo (que crece 0,5) impulsan las preocupaciones económicas al 58,9%. Al mismo tiempo, se registró una caída de la preocupación por la corrupción (-5,3%), que queda relegada al tercer lugar en el ranking.
La percepción negativa de la situación actual del país llega en octubre al 73,1% mientras que los que consideran que hoy el país está mejor que un año atrás solo representan el 4,4%. La misma visión negativa sobre el presente se verifica a la hora de evaluar la situación personal de cada uno, ya que el 69,2% cree que su situación empeoró en el último año, y solo el 5,1% cree que mejoró
El dato positivo del mes vino del lado de las expectativas ya que en octubre las expectativas sobre el futuro del país mejoraron 3,3% respecto de septiembre, mientras que el pesimismo cayó 0,1%. Algo similar se observó respecto del futuro de la situación personal, donde la perspectiva sobre una mejora en la situación personal en el futuro mejoró un 2,1% en octubre ,mientras que el pesimismo sobre el futuro personal descendió 0,8%.
La fragilidad económica por la que transita el Gobierno no ayuda a que la sociedad haga la vista gorda con errores como un inexplicable aumento retroactivo por la suba pasada del dólar. El seguro de cambio para las petroleras y no para los consumidores o asalariados ya no es tolerado. A Cambiemos le falló la percepción del ánimo de la sociedad y volvió a cometer un blooper.
La única buena noticia que puede mostrar el oficialismo es el dólar controlado. El torniquete monetario de Guido Sandleris, un dólar que se encareció más del 100% y la caída del poder adquisitivo, potenciaron el lema “sin pesos no hay con qué comprar dólares”. El atesoramiento de divisas por parte del público se está desmoronando en los bancos y el tipo de cambio se acerca a la parte inferior de la banda de “no intervención”.
Hoy por hoy, existen más riesgos de que el dólar perfore los $ 34 y el BCRA tenga que salir a comprar para sostener el precio que salte a más de $ 40. El jueves, el mayorista quedó en $ 36,57. La semana que viene, más precisamente el martes, habrá otra licitación de Lebac por $ 255.000 millones. Sandleris no renovará más de $100.000 millones que, a diferencia de otras ocasiones, podrían ir más a apostar a tasas en pesos que al dólar. Habrá que ver.
Víctimas de la recesión y las megatasas, los préstamos en pesos empezaron a caer en forma más sostenida. Luego de permanecer prácticamente estancados en septiembre, los primeros datos de octubre dan cuenta de una caída de 0,8% mensual en los préstamos al sector privado. Las líneas más afectadas, según detalla el IERAL, son principalmente las comerciales (Adelantos en Cuenta Corriente, Documentos a sola firma, Documentos comprados/descontados) y aquellas vinculadas al consumo (Personales y con tarjeta). Del otro lado del mostrador, en el contexto de la fuerte suba de tasas de interés -tasa de referencia en 72,6% anual-, los depósitos a plazo fijo aumentan 5,9% intermensual. Resultado del plan “ajuste para todos y todas” que está en marcha.
Fuente: www.eleconomista.com.ar