Este último Domingo se llevó a cabo uno de los homenajes más hermosos que hay todos los Abriles desde hace 7 años.
Buenos Aires homenajea a todos esos inmigrantes calabreses que soñando un futuro mejor vinieron a esta tierra, y realmente, escribo y lloro, y no sé por dónde empezar. Es que esas tierras hermosas del sur de Italia las siento tan mías, tengo a Calabria clavada en los huesos, porque el amor por mis nonos es tan grande, que hablo de su tierra y me emociono. Calabria es fiesta, es alegría, por eso cuando llegue me encontré con gente bailando en todos los rincones de la fiesta, no solo en el escenario principal como normalmente uno acostumbra, Calabria es eso….Alegría, acordeones, panderetas, sonrisas.
Ayer sentí mientras caminaba entre la gente, que volvía a tener 4 años escuchando las cansonetas que los calabreses cantaban, y mientras pensaba que comer, porque estaba difícil la elección entre los 70 stand de gastronomía, asociaciones e instituciones, pero entre todos los puestos leo “crespelle” (Masa frita con anchoa) y recordé que mi bisabuela los hacía y no los volví a comer nunca más, así q sin dudarlo fui por ellos, y si…tenían el sabor de la Nona Francisca, el stand era “Don Gennaro” y tiene su lugar propio en Monte Grande donde solo hacen comida Italiana, que no faltara oportunidad para conocerlo.
Foccacia, turdilli, cagnolli, pignolata, pizza, calzone, quesos, longanizas, sopressata, aceitunas, tomate en conserva y los infaltables peperoncinos vistieron este hermoso evento y si de peperoncino hablamos se volvió a realizar el concurso de “mangiatori di peperoncino” Hombres y mujeres que con mucho coraje comen de este picante hasta ver quien tolera más.
Mientras tanto en las calles seguía la alegría con los grupos de baile como “gioia d Italia” y volvi a bailar tarantela, porque la tarantela calabresa, es imposible no bailarla, ellos contagian alegría ¿o acaso ustedes conocen algún calabrés triste?
Sigo caminando entre las calles de la fiesta, y parada sacando fotos se me acerca un señor muy tierno a contarme la historia de la ciudad donde había nacido, Tomas nació en Bagnara, en el dedo gordo de la bota como me dijo él (jajaja), se quedo charlando conmigo un rato largo, creo que le gustó que le prestara atención, nos reímos un poco y terminó la charla diciéndome que el desde el año 54 estaba en Argentina, pero que su corazón y su cabeza todavía estaba en Italia, sus ojos se pusieron brillosos, y yo sin poder disimularlo deje que se me escapara una lagrimita.
Este año, aparte de las bandas musicales, la rica comida y los grupos de baile típico, hubo una visita más que especial, vino especialmente para esta festividad Gerardo Mario Oliverio, presidente de la Reggio Calabria.
Fue un día lleno de alegría, el cielo estaba amenazante, pero el sonido de la tarantela y el aroma a Sopresatta hizo que el día sea celeste, porque ni el cielo quería perderse todo esto.
Quiero felicitar a los organizadores de Buenos Aires Celebra, y sobre todo, a aquellos que heredamos la sangre calabresa y la mantenemos viva, es una forma de sentir que su legado seguirá siempre vivo, que nada de lo que pasaron fue en vano.
Soledad Fernandez -AFEN